Por Dr. Daniel Alejandro Capano, Vicepresidente del CEN,
y publicado en el libro Constelaciones textuales.
Escritos de literatura comparada (italianística).
Buenos Aires, Libros del Sur, 2009.
y publicado en el libro Constelaciones textuales.
Escritos de literatura comparada (italianística).
Buenos Aires, Libros del Sur, 2009.
Los lazos afectivos que los seres humanos establecen entre sí se abren en un rico y variado abanico de expresiones emotivas, entre las cuales una de las más sólidas, de las más desinteresadas y sinceras es, sin duda, la amistad. Por cierto que la amistad, entendida lato sensu, no sólo nace entre coetáneos, sino que muchas veces se da entre personas alejadas en el tiempo, como el caso de Dante, cuyo aprecio literario hacia Virgilio resulta paradigmático. En algunas circunstancias, los vínculos se generan por afinidad intelectual o por admiración de un ser hacia su semejante, y en otras por compartir vivencias, ideas similares o una visión del mundo parecida.
Las amistades
literarias resultan de las más interesantes de estudiar y de las más
provechosas para conocer una obra, no sólo porque revelan la empatía entre dos
autores y las influencias recíprocas, sino también porque se ponen en evidencia
colaboraciones mutuas y aspectos de la producción de la escritura. En este
sentido, un ejemplo “simpático” de observar es la amistad nacida entre el
escritor catalán Enrique Vila-Matas y el italiano Antonio Tabucchi.
Antonio y Enrique, cómplices de recuerdos inventados
La poética de
Vila-Matas sigue muy de cerca la de Antonio Tabucchi. Con ello se quiere
significa que abordan, con resoluciones personales en cada caso, temas comunes
a los tiempos actuales y problemas literarios que interesan a los narradores
contemporáneos. La concepción de la literatura como juego intratextual e
intertextual, el ejercicio metatextual, la hibridación de géneros, el empleo
del fragmento con valor estético, el uso de la ironía, el espiar a los demás y
a sí mismo, la afición por la literatura lusitana y su cultura, el “robar” frases
e historias oídas en diferentes situaciones, son zonas visitadas por ambos
escritores.
Señala Vila-Matas
que su admiración por Tabucchi es tan intensa que lo llevó a tomar su obra como
disparador de su propia escritura. Así lo manifiesta en el cuento “Los
Tabucchi” en el que pone en práctica uno de los juegos que más le interesa: la
relación entre realidad y ficción. Valiéndose de un acontecimiento
supuestamente compartido con el novelista italiano, relata, creando una
historia ficticia, el nacimiento de los vínculos de amistad con él, cuando
ambos veraneaban en la
Costa Brava.
El cuento, que
emplea varias expresiones calcadas de la obra del autor de Réquiem, se
abre con la fórmula “Sostine Tabucchi”, iterada a lo largo de la narración. Se
trata, como resulta evidente, de una variante de la célebre expresión “Sostiene
Pereira” con que comienzan los capítulos de la obra homónima de Tabucchi.
Cuenta el
narrador-Vila-Matas que el escritor italiano asegura que se conocieron en la
infancia, cuando él tenía diez años y Enrique cinco, en el lejano verano del
53, en el que compartían casas contiguas en Cadaqués. Enrique apunta que más
que recordar, imagina los encuentros con su pequeño vecino. Supone que su
madre, al verlo hablar con el hijo de los Tabucchi, lo reprendía para que
entrase en la casa y le recordaba que “se estaba haciendo cada vez más tarde”,
en franca alusión a la novela de Tabucchi. Consultada la madre años después
sobre este hecho, manifestó que no lo recordaba con nitidez, por lo tanto deduce,
desde el tiempo de la enunciación, que se trataría de un “recuerdo inventado”,
esto es, no verdadero.
Sin embargo,
sostiene Tabucchi que el pequeño Enrique montaba en una silla para poder
asomarse a la casa de los vecinos y desde allí decía: “-Antonio ¿me escuchas
Antonio? Los adultos son estúpidos”-. (“Los Tabucchi”, versión electrónica,
p.1)
Pasado mucho tiempo,
y ya adulto, compró un pequeño libro con el extraño título de Dama de Porto
Pim, firmado por un tal Tabucchi, sin imaginar que el autor era el mismo
con el que conversaba siendo niño asomado a la tapia de la casa veraniega de
Cadaqués. Su lectura lo fascinó a tal punto que decidió escribir Recuerdos
inventados, donde incorpora la descripción del tablón de anuncios que
aparece en el apartado “Otros fragmentos” de Dama de Porto Pim. Se trata
de un tablón de madera, ubicado en el bar Peter’s, en las islas Azores, donde
los navegantes llegados al puerto de Horta depositan mensajes en espera de que
alguien los reclame.1 “Copié directamente la
descripción del tablón de madera escrita por Tabucchi en Dama de Porto Pim”,
confiesa. (Noticias, versión electrónica, p.2)
Explica Vila-Matas
que con el correr del tiempo ese libro se convirtió en un faro de luz para su
obra de ficción. Le cautivaba la construcción de miniaturas literarias
perfectas, la voz fragmentada y la evocación original que se hacía de los
hechos.
Tras la publicación
de Recuerdos inventados, su madre al leer el homenaje que su hijo hacía
de Antonio en “Los Tabucchi”, vuelve a crear desconcierto sobre el encuentro de
los niños. Comenta que no le “extrañaría nada que ese escritor [...] fuera el
niño de los vecinos de Cadaqués” (“Los Tabucchi”, versión electrónica, p 2).
Con lo cual las laxas fronteras entre realidad y ficción se desdibujan una vez
más creando un juego de incertidumbre, propuesto al lector, entre hechos
concretos e inventados.
Pero el sentido
lúdico del cuento no se detiene allí, sino que va más lejos, confundiendo
hechos reales con ficcionales. En ocasión de presentarse el libro Se está
haciendo cada vez más tarde, en Madrid, Tabucchi relató que en su infancia
había veraneado en Cadaqués y que recordaba a un niño, vecino suyo, “bastante
pesado”, que consideraba que los adultos eran estúpidos (Cfr. Noticias,
versión electrónica. p.3). ¿El dato resulta veraz o se trata de un nuevo “gioco
del rovescio” en el que participa Tabucchi? ¿El escritor italiano se convirtió
en el cómplice de ese “recuerdo verdadero” compartido?
Vila-Matas dice que el encuentro infantil lo
contó tantas veces que terminó por creerlo. Hoy no le resulta ni verdadero ni
falso. “Los Tabucchi” es una ficción basada en la realidad, “un texto
autobiográfico en el cual todo está inventado” (Ídem, p.3).
De acuerdo con esta
idea, todo texto autobiográfico, aun cuando revele a su autor, siempre resulta
una impostura, una construcción ficcional que pasa por el tamiz del recuerdo,
que altera los verdaderos hechos. La vida que se muestra es artilugio literario
y no documento fiel, fotográfico de los acontecimientos. Verdad y ficción
pueden resultar hermanas, pero no son gemelas.
Más allá de los
hechos ambiguos que relata el cuento y del juego propuesto entre realidad e
invención, Vila-Matas se propuso rendir, con audacia creativa, un homenaje a su
admirado vecino de la infancia. No sólo jugó en la narración con intertextos
frásicos: “Sostiene Tabucchi”, “Se está haciendo cada vez más tarde”, “Voces
traídas por algo, imposible decir por qué”, sino también con temas de la
poética tabucchiana: la sombra de Pessoa, las islas Azores, Portugal y el Museo
Janelas Verdes, las canciones napolitanas y, fundamentalmente, con el recuerdo
que reelaboró de manera personal en el cuento. Para Tabucchi la memoria es una
extraordinaria falsaria, porque selecciona, adiciona, suprime y modifica los
hechos, de modo tal que, como propone Vila-Matas en su trabajo, muchos
recuerdos no son verdaderos, sino que resultan inventados. De este modo
profundiza la dicotomía entre recuerdo y verdad, entre ficción y realidad.
Por otra parte, el
primer encuentro con el escritor italiano suscitó en el autor de Exploradores
del abismo cierto desconcierto porque temía alguna reacción por parte de él
por haber utiliza fragmentos de su obra para construir su propia ficción. Pensó
en una justificación aleatoria. Así como Tabucchi decía que era la sombra de
Fernando Pessoa, él diría que se había convertido en la sombra de Tabucchi.
Pero el escritor lo tomó amistosamente del brazo y simplemente se limitó a
decir, recordando las palabras de Jesús a Saulo de Taso: “Amigo ¿por qué me
persigues?” (Ídem, p.3). Ese fue el comienzo de la amistad entre los dos
escritores.
Cuando Tabucchi
publicó, en 2001, Si sta facendo sempre più tardi, retribuyó las
atenciones literarias de Vila-Matas e
incorporó a la novela una carta designada con el título de uno de sus libros: Extraña
forma de vida.
La narración tiene
varios puntos de enlace con “Los Tabucchi”: retoma la infancia del pequeño
Enrique, desarrolla el tema del recuerdo, aparece nuevamente el tablón del
Peter’s bar en las Azores y el artificio de la intertextualidad frásica como El
viaje vertical.
Ahora bien, a
diferencia de Vila-Matas, que hace girar su narración sobre la cuestión de la
verdad y de la mentira, Tabucchi, acorde con los principios que rigen su
escritura, sin dejar de lado este aspecto, pone el énfasis en el tiempo en
relación con la vida y con el recuerdo. La carta propone una especie de viaje
en el tiempo, ir al pasado en el que el futuro ya está determinado:
Enrique, il tuo viaggio si è fatto un allegro vivace, da quando, ieri
sera, prima di addormentarti, hai letto il libro misterioso che hai trovato per
caso nel cassetto del comodino. E quel libro di un autore che già prevedeva
tutto di te, il tuo itinerario, il tuo percorso, ti ha fatto pensare che forse
stavi inseguendo il tuo futuro e allo stesso tempo ti ha fatto riacquistare il
senso di ciò che smarrristi; è il tuo viaggio in verticale, il tuo viaggio
nella vera fine implacabile e inconsapevole è come se si fosse messo in
orizzontale; è vero!, è vero!, tu sei mobile e il tempo ti sta attraversando, e
il tuo futuro ti sta cercando, ti sta trovando, ti sta vivendo: ti ha già
vissuto (168).2
Y en otro párrafo: “Ti parlo di ciò che è suceso, di ciò che il mio ri-futuro vuole che
io sia, il percorso inverso, complementare e necesario di un libro trovato per
caso nel cassetto di un pensione di Oporto” (168).3
La vida, pues, determinada por el tiempo que transcurrió,
transcurre y transcurrirá en una dimensión “pancrónica”, en un viaje vertical
que traspasa toda la existencia del individuo.
Tanto “Los Tabucchi” como “Extraña forma de vida” son
testimonios de la mutua admiración que se tienen sus autores y de su rica
capacidad creadora puesto que, a partir del empleo de elementos temáticos y
narratológicos ajenos, lograron una escritura personal y textos originales.
Respecto de “Extraña forma de vida”, Tabucchi escribe en el
post-scriptum de Se sta facendo sempre più tardi: “‘Strana forma di
vita’ prende il titolo da un vecchio fado di Amália Rodrigues, e può essere
letta come un omaggio a Enrique Vila-Matas e alla genialità antropofagica della
sua opera” (227).4
En cuanto a “Los
Tabucchi” su lectura sume al lector en un halo de duda. ¿Lo relatado por
Vila-Matas en su cuento es realidad o ficción? Se trata de un texto límite en
el que el escritor potencia la carga de verosimilitud y se ejercita en el
“juego de hacer creer que...”.
Ambos autores
proponen una actividad lúdica, el juego de la credulidad / incredulidad, en el
que hacen partícipe al lector.
Con motivo de presentarse Tristano muere en España,
se le preguntó a Tabucchi si los acontecimientos relatados por Vila-Matas en su
cuento eran ciertos. El escritor respondió en forma ambigua con su habitual
dosis de ironía: “No me acuerdo en absoluto, pero si Vila-Matas lo dice es
verdad” (Noticias, versión electrónica, p.3), respuesta similar a la que
ofrece la Sra. Ponza ,
el personaje pirandelliano de Cosí è (se vi pare): “Soy la que los demás
creen que soy”.
NOTAS
1 Para este tema en Tabucchi,
confróntese Daniel Alejandro Capano, El errático juego de la imaginación. La
poética de Antonio Tabucchi. Buenos Aires: Biblos, 2007, capítulo III,
apartado “La autointertextualidad, pp.: 171-173.
2 “Enrique, tu viaje se ha vuelto un allegro
vivace, desde que ayer por la noche, antes de quedarte dormido, leíste el
libro misterioso que encontraste por casualidad en el cajón de la mesita. Y ese
libro de un autor que ya preveía todo de ti, tu itinerario, tu recorrido, te ha
hecho pensar que quizá estuvieras persiguiendo tu futuro y al mismo tiempo te
ha hecho adquirir de nuevo el sentido de aquello que perdiste; es tu viaje
vertical, tu viaje hacia el verdadero final implacable e inconsciente es como
si se hubiera colocado en horizontal ¡es verdad, es verdad! tú eres móvil y el
tiempo te está atravesando, y tu futuro te está buscando, te está encontrando,
te está viviendo, te ha vivido ya”. ( Tabucchi, 2002: 197)
3 “Te hablo de lo que ha pasado, de
aquello que mi refuturo quiere que yo sea, de trayectoria inversa,
complementaria y necesaria de un libro hallado por casualidad en el cajón de
una pensioncilla de Oporto”. (Tabucchi:2002:197)
4 “Extraña forma de vida” toma su
nombre de un viejo fado de Amalia Rodrigues y puede ser leída como un homenaje
a Enrique Vila-Matas y a la genialidad antropofágica de su obra. (Tabucchi:
2002: 262).
BIBLIOGRAFÍA
DE REFERENCIA
CAPANO, D. Constelaciones textuales. Escritos de
literatura comparada (Italianística). Buenos Aires: Letras del Sur, 2009,
pp.233-239.
TABUCCHI, A. Donna di
Porto Pim. Palermo: Sellerio, 1997.
____________ Si stá facendo sempre più tardi. Milano:
Feltrinelli, 2001
____________ Se está haciendo cada vez más tarde (traducción
de Carlos Gumpert). Barcelona: Anagrama, 2002.
VILA-MATAS, E. Recuerdos
inventados. Barcelona: Anagrama, 1994.
Sitios en Internet
“Los
Tabucchi”.http://www.revistafosforo.com/vilamatas2htm
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