Laura V. Aguirre
Facultad de Humanidades (UNNE)
Los relatos de Primo Levi (1987) presentan mundos disímiles y, en
ciertos casos, irreconciliables, a partir de dos formas de pensar, de creer y
de sentir la realidad: la cosmovisión judía y la occidental. Desde la teoría de los mundos posibles de Doležel (1999) se puede afirmar que en estos
relatos se construyen mundos aléticos, cuyo funcionamiento depende de las modalidades
de posibilidad, imposibilidad y necesidad.
Estas modalidades se redistribuyen de tal manera que lo que es posible en un
mundo, es imposible en el otro, y viceversa. No obstante, hay mundos
intermedios ambiguos que producen un efecto choque en el lector,
desestabilizando sus pautas de lectura y su concepción de lo real. Esto es lo
que David Roas denomina efecto fantástico
(2001).
En el plano del discurso, estos mundos son construidos a partir de
distintas formas de la ambigüedad: 1. Dualidad de personajes que se pertenecen
tanto al mundo de lo auténtico como de lo ficticio; 2. Elementos del mundo real
yuxtapuestos con lo sobrenatural; 3. Siendo relatos de ficción, hay formas del
discurso propias de los géneros referenciales, vinculadas a voces de personajes
sobrenaturales; 4. Empleo de la ironía, como recurso que deja en suspenso el
juicio moral ante ciertos momentos críticos de los relatos –o bien, el juego
con lo silenciado o no dicho –. El análisis de los relatos de Levi desde este
marco teórico tiene el objeto de encontrar una posible explicación al
funcionamiento de lo fantástico en
tanto modo de lectura y no como un género estrictamente delimitable.
Es una bella metáfora decir que la ciudad puede relatarse
a sí misma. No obstante, es necesaria la presencia de un narrador, alguien que
la vea y comunique. En consecuencia, su estructura será una trama de
acontecimientos cruzada por la urdiembre de sus conflictos. La imagen podría
intentarlo, ya que no son las palabras que la van contando, sino que es la
mostración al espectador; sin embargo, alguno obtuvo esas imágenes y las
organizó secuencialmente. Inclusive, si tomamos a los edificios que la
componen, como personajes de una historia, estos han sido pensados y
construidos por seres humanos y si bien el transcurso del tiempo puede ir
marcando transformaciones (situación imprescindible en cualquier narración)
intrínsicamente conservan el sello de su origen y su pertenencia a lo inmóvil
(factor contrario a cualquier relato).
Martes 23 de julio - 14.30 a 15.45
Sala 3
Comisión
3: Hibridación discursiva y genérica
VII Simposio Internacional de Narratología: Programa
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